Bienvenida a un nuevo episodio de DELEGAR PARA CRECER. ¡Estoy muy feliz de que estes aquí!

Hoy me animé a invitarte a que hablemos sobre algo un poco diferente, seguiremos hablando de delegación como una herramienta MUY poderosa, obviamente!!!! , pero esta vez la quise llevar a un plano más personal y familiar. 

Yo sé que tanto tú como yo, unas de las cosas que más queremos es tener libertad para elegir como usar nuestro tiempo: más tiempo para nosotras, tiempo de calidad con la familia, con las amigas, queremos poder dedicarnos a la parte del negocio que más nos gusta, viajar, descansar.

El tema es que queremos hacer todo esto, pero queriendo tener el control de todo, empezando por nuestra casa.

Si sumamos estas situaciones que nos pasan en casa, con las que nos pasan en el trabajo, el resultado es que nos sobrecargamos, nos sobre exigimos…

Esta idea de ser la mujer perfecta e indispensable, nos esclaviza a nuestras propias expectativas y nos aleja de lo que más queremos; NUESTRA LIBERTAD.

En este episodio, profundizamos sobre como; SIN DELEGAR NO HAY LIBERTAD y como la delegación es una muestra de amor propio.